Es una de las 7 colinas de Roma y una de las partes más antiguas de la ciudad, donde merece la pena subir para disfrutar de sus jardines y ruinas. El origen de la palabra “palacio” en diferentes lenguas se encuentra en el nombre de esta colina “Palatino”.
El Monte Palatino es hoy un área repleta de restos de edificaciones: el Hipódromo de Domiciano, la casa de Livia, la Domus Flavia, el palacio de Severo, etc. Esto se debe a que durante una época muchos de los romanos más pudientes establecieron aquí sus residencias.
La visita del Monte Palatino es recomendada, sobre todo si queréis disfrutar de un momento de relajación en vuestro recorrido por una de las grandes capitales del mundo, donde hay tanto que ver.
¡El Palatino os aportará la calma necesaria para recargar las pilas!